Devorando el A​rte...

ARTE EVIDENCIA: “OBRA DE ARTE SOCIAL”

en la obra de Argelia Bravo

LA VIOLENCIA EN EL CUERPO Y EL CUERPO COMO ARMA DE LUCHA MÁS ALLÁ DE LA RESISTENCIA

La Artista venezolana Argelia Bravo, en cuyas obras hay una notable contribución que vienen transfigurando tanto las relaciones entre Arte, Sociedad, Polí­tica y Cultura en general, como las concepciones exaltadas del quehacer artí­stico. A partir de una posición siempre crí­tica y exigente: el activismo de género, el video documental y el alzamiento polí­tico en la producción simbólica, de modo indivisible con los lenguajes del arte contemporáneo y sus capacidades transformadoras. Es decir, el arte como espacio para la construcción de luchas simbólicas y efectivas contra la discriminación, a favor del respeto de los derechos de humanidad, equidad y diferencia (Género, Cultura y Origen Étnico), y contra los abusos de poder y autoridad. A partir de esos elementos, Bravo suele generar discursos que atraviesan la experiencia.

A través del Comando María Moñitos, creado por la artista visual Argelia Bravo, desatará una serie de experiencias organizadas en clases y performances transformando espacios con características muy particulares. Comando María Moñitos indica que: "el mismo está planteado para propiciar vínculos libres y liberadores entre el arte contemporáneo y la problemática de la soberanía alimentaria concebida para la defensa de la nutrición del cuerpo y de las culturas".

En el trabajo de Argelia Bravo, también se plantea la discusión sobre la discriminación que padece la comunidad Transexual que es el tema central de Arte Social por las trochas hecho a palo, pata' y kunfú (2004- 2009), una propuesta estética que cambia la visión de una urbe paralela que convive con la ciudad que se cree conocer. Abordando los cuerpos marginados que son los que transitan por las trochas, (esas rutas alternas negadas como el camino correcto a seguir), bajo una propuesta cartográfica de estos lugares fronterizos en los que los cuerpos viajan entre la realidad y la ficción.

Nuestras identidades culturales tienen su razón en múltiples acciones sociales individuales y colectivas, creadas a lo largo de un tiempo histórico y en un territorio común. Argelia Bravo nos presenta a través de su plástica apoyándose en los antecedentes del Arte Social, creando combinaciones de algunos procedimientos de registro identitario a través del cual edifica alegorías del cuerpo social femenino. Hernández, C. (2002) refleja que “el cuerpo es asumido como sitio de lucha porque es allí donde se marcan las diferencias representacionales entabladas en estructuras de poder.” en la medida en que los sujetos estudiados en este caso las Chicas Trans, que representan a toda una comunidad sometida a las mismas situaciones de intolerancia sometidas por el poder.

Para abordar los Trans de acuerdo al estudio de Baudrillard, que propone unas categorías a partir del término “trans”,  que involucra todo sin la presencia de un campo diferencial: “…La economía convertida en transeconomía, la estética convertida en transestética y el sexo convertido en transexual convergen conjuntamente en un proceso transversal y universal en el que ningún discurso podría ser ya la metáfora del otro, puesto que, para que exista metáfora, es preciso que existan unos campos diferenciales y unos objetos distintos...” (1993, p. 14).

Rodríguez, A. plantea que Argelia a través de Yhajaira Marcano Bravo, ‘obra de arte social’ (como lo ha concebido la artista), ha sido registrado, fotografiado, tomado como plancha litográfica, estudiado en la mesa del conservador de museo, analizado en la cama del forense, han sido levantadas sus heridas, radiografiadas y fichadas, recorridos los espacios vacíos y apuntados los lugares donde cada sujeto “normal” con su instrumento talló a pulso su parte en el cuerpo trans”. A Partir de esto, su discurso transgresor muestra con testimonios no sólo verbales sino corporales como se va construyendo un registro de aquellos cuerpos sociales marginados por la legalidad, pero reafirmados día a día por las prácticas cotidianas. El cuerpo será prueba de lo que Bravo menciona como fisonomía de la violencia. “El Arte Social da rostro y voz a los discursos de género olvidados. Los sujetos cobran identidad y mayor aún, se hacen reales, con una historia única que los va alejando de la oscura masa uniforme.”

El argumento que le da validez al trabajo de Argelia, es que tiene consciencia de su propia historicidad como sujeto y ser social, incorporando el hecho de ser parte de ese contexto a su producción artística, sin desligar su trabajo autoral de su día a día, dejando siempre marcado que hay una relación objetiva y un discurso vinculado entre la Argelia como ser humano, como mujer y como artista plástico; dándole a su trabajo un toque indeterminado entre lo que nos enfurece y lo que nos impresiona o conmueve en la sociedad haciendo criticas muy fuerte a muchos aspectos de la sociedad que generalmente la gente no tiene muy clara y que simplemente ignora. Según Hernández, C. “se pudo observar que el objeto de estudio asumen el lenguaje del arte como posibilidad de problematizar su rol como sujeto y artista.”

Su trabajo es irónico y por lo tanto sínico, evidenciando lo que la sociedad debería cambiar, transgrediendo las problemáticas de la crisis de la modernidad, en este caso la problemática de género a través de su trabajo plástico como parte de las estrategias de comprensión y producción de las experiencias artísticas abstraídas sobre el contexto social a partir de la configuración de la problemática de género Bajo un proceso de investigación sobre la violencia experimentada por la comunidad transgénero como Sujeto histórico dentro de un contexto libertario en plena crisis de la modernidad en el S. XXI, en la visión feminista en una sociedad patriarcal donde se ven atropellados mujeres, niños, homosexuales, transexuales entre otros y sobre todo incomodar desde el arte, desde lo privado hacia lo público a gente que no soporta la idea de coexistir con personas que no consideran iguales.