top of page

Arte Venezolano Siglo XX_XXI 

 

Félix Suazo "Reacción y polémica - 1960/1999"

Polémica: Marta Traba

 

En la década de los años sesenta, la crítica de arte Marta Traba, despliega una serie de controversias alrededor del Cinetismo Venezolano, lo cuestiona por ser “una especie de arte oficial” solo de las clases altas, elitistas y de poder político y económico critica a Jesús Soto, Carlos Cruz-Diez y Alejandro Otero por sacar las obras de su espacio natural y quitarles el valor artístico que deben tener. Según Marta Traba, los artistas habían perdido “la grandeza del alto nivel estructural”, debido a que el Cinetismo Venezolano es una tendencia de las pinturas y las esculturas contemporáneas creadas para producir una impresión basada en la búsqueda de la estética del movimiento, donde en la mayoría de las obras el movimiento es real, no virtual. Donde el artista se plantea y sigue una estructura rigurosamente planificada buscando a su vez la integración entre obra y espectador.

 

Traba dice, que “ya  no experimentan sino que fabrican objetos de lujo para usuarios sofisticados”  y además alega que “no superan su condición de ejercicios ópticos así sean sobresalientes” y comienza también a cuestionar a la generación de relevo Rafael Martínez, Oswaldo Subero, Edgard Guinand, Francisco Salazar, Jorge Salas, Manuel Mérida, Milton Becerra, Asdrúbal Colmenárez. La crítica pesada es dirigida a Carlos Cruz-Diez, por los fisicromías murales que están situados en espacios públicos en especial el muro de color aditivo de año 1975 ubicado a orilla del rio Guaire,  Traba percibe que “el publico recibe estas obras como adornos decorativos menos comprensibles y útiles que las vallas” publicitarias, aunado a esto afirma que “la población caraqueña no solo carece de la educación visual necesaria para comprenderlas y apreciarlas sino que permanece anestesiada por las incitaciones contradictorias de una ciudad que perpetúa construcción y destrucción”.

 

Para finalizar a modo de perspectiva personal las reflexiones que se realizan en Venezuela enfocadas desde el arte se hacen desde él supuesto que no podemos ser entendidos sino es bajo una gran estructura territorial, perfectamente ordenada y clasificada. Hacer evidentes las diferencias, la multiplicidad propia de cada una de nuestras identidades, parece ser el punto de partida para el distanciamiento de los discursos cerrados en los que la autora pretendió encerrar ese gran compendio llamado Arte en Venezuela en este caso el Cinetismo, tomando en cuenta la trayectoria de los artistas que representan este movimiento, haciendo distintos aportes en diferentes tiempos desarrollando lenguajes particulares en sus obras que los hacen traspasar de un espacio a otro tomando en cuenta las diferencias y similitudes que se presente. 

 

Quizás desde siempre existe una postura de choque desde los comienzos del movimiento constructivista Venezolano, incluso desde el abandono y la negación del academicismo vigente y aun más con la movilización política y los ideales  que surgen en pro de la trascendencia en el acontecer artístico en total rebeldía con respecto a los modelos educativos y gubernamentales, basándose en un pensamiento intransigente de alguna manera pero sólidamente bien estructurado con la finalidad de producir un fuerte impacto en el medio plástico venezolano.

 

El arte en todo momento siempre va a estar en contracorriente y a la par de lo que acontece en la política, economía y en la sociedad, aunque las producciones artísticas por lo que reflejan, emergen en momentos desde la ignorancia de un público que no tiene conciencia de si mismo como grupo social caracterizado no puede manifestar exigencias ante las culturas sino que debe sufrir sus proposiciones sin saber que pasan por un proceso de identificación o pérdida de identidad e individualidad.

 

Yessica palacios

 

bottom of page